domingo, 28 de febrero de 2010
domingo, 21 de febrero de 2010
miércoles, 17 de febrero de 2010
Muere Bakunin y llega al infierno; allí, por supuesto, es recibido por el demonio en persona quien lo condecora por su inmensa labor atea y anticlerical.
Luego es enviado a un sector de privilegios, libre de torturas y malos tratos.
A los pocos días una insurrección violenta se desata en ese sector la cual, al ser aplastada por las huestes infernales, se descubre fue impulsada por el viejo Bakunin.
Como castigo es trasladado a un sector normal en donde se producen toda clase de tormentos. A los pocos días, en una recorrida de inspección, el demonio descubre que los castigos ya no se producen: el sector está en huelga en solidaridad con los trabajadores expulsados del primer sector.
Así es que Bakunin es trasladado al pozo más profundo del averno en donde las condiciones de calor extremo y tormento permanente –confía el diablo– lo tendrán entretenido.
Con el correr de los días una inmensa columna de demonios de toda laya asciende desde el fondo del averno con banderas rojinegras y cánticos espeluznantes.
Reclaman: jornada laboral de 8 horas, vacaciones pagas, equiparación de los sueldos y comodidades con el primer sector. Vencido el demonio resuelve enviar a Bakunin al cielo, mataría dos pájaros de un tiro: volvería a tener control absoluto del averno y le generaría a Dios un caos en el paraíso.
Ansioso por reír ante Dios, a los quince días asciende el de- monio y se presenta a las puertas del paraíso, allí se encuentra un inmenso cartel que dice: “Paraíso colectivizado”; debajo de él, se encuentra San Pedro con un birrete rojinegro y un fusil al hombro.
Al verlo el demonio se le acerca y le pregunta:
–¿Qué tal, San Pedro, cómo van las cosas por acá?
San Pedro responde:
–Todo tranquilo.
Nuevamente el demonio:
–¿No ha venido por aquí un tal Mijail Bakunin?
San Pedro:
–Sí así es, está adentro, ¿por qué?
Demonio:
–Sólo quería saber si Dios había tenido con él algún problema.
San Pedro toma de los hombros al demonio y le dice:
–¡Me extraña compañero, sí todo el mundo sabe que Dios no existe!
lunes, 15 de febrero de 2010
El infierno es este cielo blanco, este ruido blanco, este duelo blanco.
El infierno es aquí, es mi cabeza.
Es una habitación de paredes blancas, las manos amarradas a la cama, una mujer demente, una enfermera.
El infierno es merecerlo.
Es estar aquí hoy, de nuevo, allá.
La tristeza es el infierno, saber que merecemos estar en el infierno.
Tengo el corazón roto.
Quiero acostarme y morir, dos veces.
No hay música en donde me encuentro.
El lugar en donde crees que está dios es la casa de David Bowie, pero no te engañes: el infierno es esta habitación y no hay salida.
Existe.
Es cuando todo lo que amas se convierte en polvo en tus manos.
Es saberte el virus, ser la infección.
Vale la pena sentir como el pecho se quema como el papel de una lámpara, de un farol... es triste prenderse fuego, pero así están las cosas.
Me miro arder desde la ventana y es casi una expiación: el rojo corazón arde en esta habitación tan blanca, tan vacía, tan llena de que no estás.
El infierno es este duelo blanco, este aullido blanco, este vacío.
Existe.
lunes, 8 de febrero de 2010
domingo, 7 de febrero de 2010
del cielo se abre como una boca de muerto.
Tiene mi corazón un llanto de princesa
olvidada en el fondo de un palacio desierto.
Tengo miedo -Y me siento tan cansado y pequeño
que reflojo la tarde sin meditar en ella.
(En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño
así como en el cielo no ha cabido una estrella.)
Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en medio de la tierra infinita!
Se muere el universo de una calma agonía
sin la fiesta del Sol o el crepúsculo verde.
Agoniza Saturno como una pena mía,
la Tierra es una fruta negra que el cielo muerde.
Y por la vastedad del vacío van ciegas
las nubes de la tarde, como barcas perdidas
que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.