
My Own Private Alaska. Tres franceses que hacen una exelente mezcla entre lo acogedor que puede sonar un piano, una bateria y los gritos del vocal que evocan una histeria digna de la bipolaridad. Sumamente recomendable
AUSENCIA QUERÍA VOMITAR, DARDOS QUE NO FUERAN A LAS SIENES, VOLTEARME, QUE EL CORAZÓN COLGARA, REPLICANDO BALAS Y SALIVA. PERO VOMITE LA INGESTA, LA INSOPORTABLE EXACTITUD DE LAS PALABRAS Y AHORA...
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