¿Cuantos tragos de sulfuro soportarán mis pesadillas?
¿Cuantas puñaladas sin respuestas?
¿Cuanta indiferencia hay que inyectarse para naufragar?
¿Cuantas palabras se llaman insomnio?
¿Cuantas veces tengo que masturbarme para vaciar el alma?
AUSENCIA QUERÍA VOMITAR, DARDOS QUE NO FUERAN A LAS SIENES, VOLTEARME, QUE EL CORAZÓN COLGARA, REPLICANDO BALAS Y SALIVA. PERO VOMITE LA INGESTA, LA INSOPORTABLE EXACTITUD DE LAS PALABRAS Y AHORA...
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