domingo, 28 de febrero de 2010

Lo he visto todo, el infierno, las manchas en el sol, un arco iris, ahora solo me quedan batallas perdidas, iracundas, como las pesadillas que alimentan mi psicosis, tan real dentro de mis uñas, un espacio sin paredes, sin final....
me hiero tratando de despertar, de sentir, y siento, pero no despierto, ¿o no duermo?
las pastillas solo aplastan la sombras, pero no consiguen la inconsciencia, ¿cuantas necesito para descansar? ¿cuantas para succionar aire sin alientos? ¿cuantas para saber?.
Miro al espejo y solo veo cadáveres, partes que se han marchitado, envejecido, al final si que dejamos algo en el vientre del cual fuimos expulsados, al final nos mentimos con sonrisas estúpidamente felices y con canciones de amor, da igual, de cualquier forma siempre he creído que la gente demasiado feliz, es demasiado estúpida. Pero la estupidez que guardo debajo de la almohada proviene de algún otro lugar, tal vez de la esperanza que me dieron de niño y que no he sabido asfixiar.
Ahora hay huecos por toda la ciudad, devastada por sangre, y viento, siempre el maldito viento..... que no consigue desaparecer olores, que erosiona todo al rededor de tus huellas, pero no purifica, solo destruye, engulle, traiciona, el maldito viento..........
Tengo miedo de salir, de encontrar el eco que dejo el humo del cigarro, una ambulancia y una bandada de suspiros, que me desprendan las venas, que alguien reconozca las notas del vació.

Debería dejar que, me coman las ratas,que aniden en mis huesos o tirarme aquí, hasta que me encuentren,polvo, ahora que ya nadie sabe quien soy, tampoco me importa, aunque grite, no puedes escuchar, mi voz sabe a colmena y duele, duele el saber que las larvas se alimentan de mis músculos y duele el tiempo, que se vierte en la espera.
Y si hay algo peor, es esta insoportable luz que delata, que cansa que hace parecer mas idiotas a los idiotas, a conjurar con los dientes a las bestias, a veces me persiguen fantasmas con sables de cartón con tu nombre o con el de miles de lamentos, si al menos dejaran sordo, no habría por que arrepentirse, a veces son guerras y niños con moscas, a veces mi conciencia, y no lo soporto, quiero que se callen todos los sitios que se llaman como tu, que dejen de taladrar los huecos, que arañen otras pieles, que el sitio sean las siluetas de un beso, las largas palabras de convencimiento no saben de abandonos.

Necesito paz...... la paz hasta que se acabe el infinito.
Dormir.

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