jueves, 26 de noviembre de 2009

La ausencia de aire,
y la estúpida necesidad de respirar.

La falta de pesadillas,
que que me hagan caer.

Flotando en liquido amniótico,
medusas y papalotes,
que no quieren empezar.

La interrupción de los antídotos,
El grito de un ojo.

He dejado de escribir por que ya no me queda tinta,
pero sigo dibujando letras mudas,
hijas de la perdida.

He dejado de pensar en el suicidio,
por que ya no escribo,
pero aun mantengo a mano a la esperanza,
bien cargada

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