sábado, 14 de noviembre de 2009

Me di cuenta que me daba miedo,
no el miedo ese de cuando no hay luz
y unas velas hacen de penumbras, fantasmas
no el miedo de un guión de cine,
o de cuando el tecolote canta y el indio muere

Es el miedo de permanecer,
de dormir en un puño,
y despertar callendo sobre las preguntas,
miedo a la realidad,
que tiene trono y verdugo,
que hace de juez y tortura.

Me detestas,
me guardas y me detienes,
abres las palabras que tienes atragantadas en las axilas,
huyes y me olvidas.

Así decías que el miedo eras tú,
que las pieles que arrastras son de sueños videntes,
que me preparas para el apocalipsis.

El miedo eres tú
tus sabanas.

Tu aliento.

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