miércoles, 20 de enero de 2010


Al despertar de las pesadillas
me encontraba con trozos
de hombres de guerra.

Tan cerca de mi
los pájaros
se comían sus pensamientos
sus recuerdos.

Tan cerca de mi
veía los motores
susurrando salmos
violentos

Y dolían las uñas
que dejaban surcos
sin navegar

Y dolía la voz de la tierra
sobre mis manos
la recolecta de bestias
el regocijo de lo absurdo.

Dolía el amotinamiento
de los venenos
balbuceando felicidad
de esa
que parece
ajena

Y las mañanas
lastiman

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