un escalofrió recorre mi cuerpo, empieza por la espina dorsal y termina en la neurona.
De vez en cuando, en la piel se muda el estremecimiento de la escarcha, del aliento del miedo, de los pasos sin descanso.
De vez en cuando, el vaho en la nuca eriza el entendimiento, trato de huir, ¿del gas mostaza?, ¿quizá? y corro, corro, por los cuerpos que va dejando el olvido.
De vez en cuando, caen palomas muertas o trozos de mi cordura, no estoy seguro, pero hay que saber guiar las palabras, que han de alimentar a las luciérnagas.
De vez en cuando, espero a que se escuche el rechinar de los colmillos, espero el final de los rayos, de los bombarderos y los refugios de las heridas que me dejo la tierra.
De vez en cuando, los caballos relinchan a las brujas, a las que amamantan demonios en las puertas de la casa de la risa.
De vez en cuando, me asomo al ojo de las historias, de las que fueron espirales de cartón y plagas en los intestinos, hacinados, babeando, mendigando.
De vez en cuando, me hablan cielos, estrellas de estelas con color y entiendo susurros que no se callan, que saben lo que fueron las plegarias y se repiten infinitamente.
De vez en cuando.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario