jueves, 3 de junio de 2010

Hoy pase por un parque que estaba lleno de ancianos, todos sentados en bancas, amontonados, unos sobre otros, destilando hastió, sin nada que hacer permanecían quietos, sostenidos por el miedo, tal vez esperando una cura para esa enfermedad eterna, o que en un descuido, pudieran arrebatarte un poco de aliento, un poco de vida.
Observaban en silencio, pero atentos, muy atentos, con el agotamiento petrificado en los ojos, con la voz desteñida, silbando mientras la pesadumbre les negaba el aire.
Me recordó aquella película de Hitchcock, donde los pájaros, esperaban y esperaban, hasta que...
No se quieren ir solos, quieren llevarnos a todos.

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