miércoles, 23 de junio de 2010

Los mexicanos han rechazado desde siempre la influencia norteamericana. Con más de 3000 kilómetros de frontera común, trazada no por los caprichos de la naturaleza, sino por el humillante Tratado de Guadalupe-Hidalgo, han debido acomodarse a la patológica realidad de convivir con un vecino todopoderoso, cuya influencia se ha abatido sobre la vida de México como el smog.

La haya dicho o no Porfirio Díaz, la frase que se le atribuye -"¡Pobre México! Tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos"- resume el sentimiento que por más de un siglo y medio ha embargado a los mexicanos.

Y no es que éstos no se hayan tomado su revancha. La han infiltrado lenta pero persistentemente a través de esa misma frontera, primero bajo la forma de una continua y creciente inmigración y, en los últimos años, a través del voluminoso y despiadado negocio de la droga.

Hoy en día, unos 21 millones de mexicanos viven en los Estados Unidos, lo que los convierte en el mayor grupo hispano del país. Pero si los estereotipos mediáticos se han empeñado tradicionalmente en retratarlos como bandoleros, mucamas, campesinos, mariachis y narcotraficantes, lo cierto es que México ha ido penetrando, con la misma imperceptible obstinación de los "espaldas mojadas", en casi todos los aspectos de la vida norteamericana.

Taco Bell y Frida Kahlo

Los mexicanos se lamentan de que sus ciudades se hayan poblado de McDonald´s y Wendy´s, de Blockbusters y 7-Elevens; rechazan que el cine, la televisión y la música estén dominados por productos norteamericanos; repudian el consumismo de la juventud y la explosión de los shoppings.

Los norteamericanos, en cambio, no se han dado cuenta de que el proceso inverso también está en marcha y que la mexicanización está influyendo en la cultura norteamericana más que ninguna otra corriente cultural del planeta.

No hay ciudad norteamericana que escape a la presencia de un Taco Bell, cuyo logotipo es tan conocido como el de McDonald´s. El perrito chihuahua que usan de mascota se ha vuelto tan popular que existe medio centenar de sitios en Internet para celebrarlo, incluido uno que aboga por su asesinato.

Palabras como quesadillas, burritos y enchiladas forman parte del léxico gastronómico habitual de los norteamericanos, y la salsa de tabasco se vende hoy en día tanto o más que el ketchup.

El estilo mexicano ha invadido los hogares de costa a costa del país, desde la arquitectura hasta la decoración interior y el moblaje. Las paredes de estuco, los techos de terracota, el azulejo mexicano en los patios y las cocinas han reemplazado hoy al estilo clásico colonial, y la firma Imperial Wallcoverings, la mayor fabricante de materiales de empapelado, lanzó recientemente su colección Casa Hermosa, basada íntegramente en motivos mexicanos.

Uno puede entrar en cualquier librería y encontrar una docena de libros dedicados a Frida Kahlo, inclusive pósters, camisetas y señaladores de página con su imagen. Recientemente, el Museo de Arte de Los Angeles organizó una muestra titulada En el espíritu de resistencia , integrada por por un grupo de pintores negros que había encontrado inspiración y afinidad en las obras de grandes muralistas, como Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros.

Como agua para chocolate

Univisión, la principal cadena de televisión en español, controlada por Televisa de México, se ha transformado en un fenómeno comercial de tal magnitud que ya no puede ser ignorada por las grandes agencias de publicidad anglosajonas. La música texana es hoy un producto consumido por los amantes del sonido country, y estrellas de la canción, como Christina Aguilera, Juan Gabriel y Luis Miguel, o conjuntos, como Maná y Maldita Vecindad, han roto la barrera de la música latina para convertirse en típicas expresiones de crossover , lo mismo que ha sucedido en el cine y la televisión con actores como Salma Hayek y Edward James Olmos.

Hasta la literatura y el cine mexicanos han comenzado a dejar su marca en la memoria cultural norteamericana. "Como agua para chocolate", de Laura Esquivel, fue un best-seller en las librerías por más de 30 semanas y se convirtió en una de las películas extranjeras de mayor recaudación en la historia. Escritores como Carlos Fuentes y chicanos como Richard Rodríguez, José Montoya y Gary Soto son leídos a la par de los autores norteamericanos del mainstream .

Como resultado del Tratado Norteamericano de Libre Comercio, compañías mexicanas están comprando empresas en los Estados Unidos, incluyendo bancos, como el Grossmont Bank de San Diego, adquirido por Banamex.

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